Demos un paso hacia la abstracción. Si los cristales pueden considerarse como el resultado de la repetición de bloques de átomos estructuralmente idénticos, cabe pensar que muchos de ellos seguirán un patrón que sólo difiere en la naturaleza de los propios átomos, pero no en el orden concreto con que éstos se disponen. Podría decirse de estos cristales constituidos por átomos diferentes que tienen, no obstante, un orden subyacente común, del que pueden derivarse propiedades también comunes. Descubrir estas semejanzas es, obviamente, sumamente interesante, y a ello han dedicado grandes esfuerzos los cristalógrafos.